Recuerdo cuando te habíamos acompañado a tomar el avión, yo tan sólo tenía dos años, me hacía la dormida en las piernas de Mamá mientras vos me dabas un fuerte beso en la frente. Si tan sólo hubiese tenido noción de que ésa sería la última vez que te iba a ver, hubiera despertado, te hubiera dado el abrazo más grande del Universo, para no sentirme tan vacía hoy.
Cada día que pasa recuerdo las noches en tu pieza, tirados en la cama mirando a Olmedo, y la Abuela haciéndote un café, te lo traía a la cama, vos lo tomabas y, a escondidas de Mamá, me dabas ese último sorbo de tu café. Lamentablemente, son pocos los recuerdos que tengo con vos, pero apuesto a que hubieron muchos, y todos fueron así de lindos.
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