Usted pone cursi a todos mis demonios.

No podría iniciar con mejor frase esto que comienzo a escribir. Usted no entiende que usted fue un golpe de suerte que apareció en mi vida y me desarmó... que su manera de mirarme es lo que me hace desearle... que con usted no se mendiga amor, se quiere o no se quiere... que con usted prefiero discutir a besar a alguien más. Vos me enseñaste el hábito de extrañar y de esperar... me hiciste prometerte nunca lastimarte y aquí estoy hoy escribiendo para vos, y puede que jamás leas esto, puede que no te interese, pero así soy yo, cursi, con palabras, cursi desvelada, cursi escribiéndote cosas que no te puedo decir...
A veces pienso que no estábamos listas la una para la otra, las circunstancias nos hicieron encontrarnos en un momento que tal vez no fue el adecuado, pero sepa algo, yo siempre estuve lista para usted, antes de saber que usted existía, yo ya la esperaba... Solo le pido un favor, no me haga esperar en vano... pero sepa que aquí estoy hoy pensando en usted, y que ahí donde usted está, sí está leyendo esto, los momentos solo puedo agradecérselos... Discúlpeme lo cursi, pero usted sabe sacar ese lado mío que algunas veces creo olvidado...

miércoles, 18 de junio de 2014

La historia del lápiz.

El niño miraba a su abuela, que escribía una carta. En determinado momento, preguntó:
     -¿Estás escribiendo una historia que nos sucedió a nosotros? ¿Y es, por casualidad, una historia sobre mi?
La abuela dejó de escribir, sonrió y comentó al nieto:
     -Estoy escribiendo sobre ti, es verdad. Ahora bien, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. 
Me gustaría que tú fueras como él, cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada especial.
     -Pero, ¡si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
     -Todo depende de cómo mires las cosas. Hay cinco cualidades en él que, si consigues conservarlas, te harán siempre una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no debes olvidar nunca que existe una Mano que guía tus pasos. A esa Mano la llamamos Dios y Éste debe conducirte siempre en la dirección de Su voluntad.
Segunda cualidad: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Con eso el lápiz sufre un poco, pero al final está más afilado. Por tanto, has de saber soportar algunos dolores, porque te harán ser una persona mejor. 
Tercera cualidad: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar los errores. Debes entender que corregir una cosa que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta cualidad: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que lleva dentro. Por tanto, cuida siempre lo que ocurre dentro de ti. 
Por último, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. Del mismo modo, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará huellas y procura ser consciente de todas tus acciones.
                                    
                                      Paulo Coelho, "Como el río que fluye". 

La mitad de mi se fue con vos.

Te fuiste lejos de mi hace 16 años, y aún me cuesta entender que no estás acá, que estás a miles de kilómetros lejos de mi. 
Recuerdo cuando te habíamos acompañado a tomar el avión, yo tan sólo tenía dos años, me hacía la dormida en las piernas de Mamá mientras vos me dabas un fuerte beso en la frente. Si tan sólo hubiese tenido noción de que ésa sería la última vez que te iba a ver, hubiera despertado, te hubiera dado el abrazo más grande del Universo, para no sentirme tan vacía hoy. 
Cada día que pasa recuerdo las noches en tu pieza, tirados en la cama mirando a Olmedo, y la Abuela haciéndote un café, te lo traía a la cama, vos lo tomabas y, a escondidas de Mamá, me dabas ese último sorbo de tu café. Lamentablemente, son pocos los recuerdos que tengo con vos, pero apuesto a que hubieron muchos, y todos fueron así de lindos. 

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y que una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.
Y uno aprende que si es demasiado
hasta el calor del sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende…y así cada día.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien
porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz
de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte
puede brindarte toda la felicidad.
Con el tiempo aprendes que si estás con una persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y quien no lucha por ellos, tarde o temprano,
se verá rodeado sólo de falsas amistades.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira 
siguen hiriendo durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente es muy probable que la amistad nunca sea igual.
Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida,
con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta que el que humilla
o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy,
porque el sendero del mañana no existe.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen ocasiona que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, 
añorarás a los que se marcharon.
Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido.
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…